Cubriendo dos tercios de este incansable prólogo bajo el naciente sol veraniego, la octava ronda de preliminares se presenta ante nosotros. Los resultados de la ronda anterior los tenéis, como siempre, en la página de resultados, siempre convenientemente actualizada sin retraso alguno.

Haciendo acto de presencia ante nosotros: veinte mil hermanas y pico, nadadores dessincronizados, sirenas un tanto taradas, robots improbables, marionetas demasiado humanas, aspirantes a idols, chicas inocentemente peligrosas y, ante todo, diosas. El sorteo, sin embargo, anda aquí abajo.

Pasando el ecuador de este inacabable prólogo, la séptima ronda de preliminares llega a nuestras vidas, y ya nada será igual. Los resultados de la ronda anterior los tenéis, como siempre, en la página de resultados, siempre convenientemente actualizada sin retraso alguno.

Por favor, esperad vuestro turno detrás de la linea del suelo, y no tengáis en cuenta a los fantasmas, semi-vampiros, submarinos con inteligencia, vampiros originales y señores oscuros. En breve estaremos con vosotros, en cuanto terminemos de leer Battle Tendency. Eh? Nandatte? ¿El sorteo? En la ventanilla de aquí abajo.

Continuamos, esta vez sin perder mucha velocidad, con la siguiente ronda de eliminaciones masivas, la sexta de doce totales que forman este largo prólogo. Los resultados de la ronda anterior los tenéis, como siempre, en la página de resultados, siempre convenientemente actualizada sin retraso alguno.

Esta vez el inmutable mundo al otro lado del torii no continene el apocalipsis, pero sí conejas jugonas y sus diosas de juego, electricidad y trios manzai, deidades y despair, y hasta la tranquilidad de las afueras. Pero ya sabéis, antes de todo eso, la fortuna sonríe exclusivamente a uno de los votantes de la ronda anterior.

Prólogo

A la sombra de la radiación de la cuarta ronda, cuyos resultados podéis ver aquí, emergió la quinta ronda de octavos, triunfal aunque un poco tímida. Su música se dejo oír por los nueve mares.

“Hola,” dijo la ronda. “Soy la quinta ronda. Encantada de conoceros.”

Su sonrisa trajo consigo historias de monstruosos gatos y diosas de mundos lejanos, de pérdidas de memoria y luchadores incansables. El toque de tristeza que acarreaba hablaba de otakus y criaturas del caos, de viejos espers y señores oscuros de mundos lejanos metidos a trabajar en un McDonalds.

La ronda echó la vista hacia el cielo y pensó en el sorteo.